Los trabajos verticales son esencialmente seguros, puesto que deben su origen a la aplicación de las mejores técnicas disponibles para resolver las situaciones a las que se enfrentan. Dichas técnicas proceden de la práctica de ciertas actividades deportivas y han evolucionado hasta configurar unos materiales, equipos y técnicas de gran seguridad.

Durante mucho tiempo el único modo de realizar trabajos en altura era el montaje de complejos sistemas de andamios o recurriendo a costosas y engorrosas plataformas elevadoras.

En los últimos años, con la aparición de las empresas de trabajos verticales, se han podido abaratar costes a la vez que se ahorra tiempo, y se evitan molestias y posibles robos en domicilio por la accesibilidad que conllevan los andamios.

Los trabajos son realizados sin necesidad de andamio alguno haciendo uso de técnicas y materiales desarrollados en la práctica del alpinismo y la espeleología. De esta manera el cliente ahorra tiempo y dinero, sin renunciar a la calidad y profesionalidad del trabajo, pudiendo además realizar obras en lugares donde antes no se podía llegar con andamios, y siempre con un nivel de seguridad máximo, tal y como exige la normativa vigente.